La Achique
Después.de darles de comer, dispuso los hermanos durmiesen
separados.
Al alba la niña sintió débiles quejidos y suponiendo que
fuese su hermano.
Inquieta la niña se levantó sin hacer ruido y pudo
ver como la bruja intentaba descuartizar a su hermano con una cortadera.
Sin perder tiempo, cogió la chiquilla un puñado de ceniza y
el echó a los ojos de la bruja y mientras esta corría a lavarse al
puquial desató a su hermano y huyeron de prisa. Llegaron hasta un árbol donde había un
cóndor.
-“Taita Rucus, ocultándonos bajo tus alas que no alcanza la
Achique” – le suplicaron. Extendió sus alas el cóndor.
-“¿Auquis Rucus, has visto pasar por aquí dos niños que
se me han escapado? -¡Déjame ver qué tienes bajo las alas!”
Al aproximarse la bruja se dio de aletazos e hizo caer
rodando a la bruja hasta el fondo del barranco, se me han escapado".
"Aquí sólo están mis crías", dijo la
zorra.
Los niños siguieron su marcha y al atardecer,
fatigados de tanto correr, llegaron a la madriguera de una zorra y los ayudó.
Al anochecer llegó la bruja.
-“Vieja Atoj, dijo, de seguro aquí están escondidos dos niños que
se me han escapado”.
-“Aquí sólo están mis crías”, dijo la Zorra.

La bruja llegó al sitio y al ver la soga colgando del cielo y
los niños en lo alto comenzó a subir. Ya muy arriba apareció entre la
bruja y los niños un pericote de la cuerda. En realidad el pericote
roía la soga.
De pronto la cuerda se rompió y desde lo alto se vino abajo
la bruja.
-Pampallampa, Pampallampa, gritaba la vieja mientras caía.
¡Pampallampa! Y cayó despanzurrada en medio del llano.
Arriba seguían subiendo los niños al país de
las nubes. La soga se mecía en el cielo como un inmenso tallo.